PARA Rey Varela, como para el resto de ferrolanos, las obras de San Francisco —también las de San Francisco— son peor que un dolor de muelas. En las últimas horas reconocía abiertamente que “va a ser complicado” cumplir el plazo impuesto por Europa y tenerlas concluidas antes de las uvas. No quiere decir que no lo vaya a intentar. Por dos razones: porque los ferrolanos se merecen sacarse de encima los trastornos y porque tener que devolver los —más, menos— 900.000 euros de ayuda dejarían las arcas municipales castañeando. Y de Europa se puede esperar cualquier cosa, menos comprensión