En un tiempo en el que los consensos no abundan en la política nacional, fue estimulante comprobar cómo administraciones de distinto signo y competencia (local, autonómica y nacional) se reunían ayer en el magnífico salón Dorado del palacio municipal de María Pita para desbloquear, tras años de tensiones, el acuerdo sobre la fachada marítima coruñesa. Recordó a los tiempos de la Alcaldía de Francisco Vázquez, quien siempre anteponía los intereses de la ciudad a los partidistas. Hasta Abel Caballero, ese émulo de Paco, ha tomado nota del buen clima coruñés: ha enterrado el hacha de guerra y ha pedido cita con el presidente Alfonso Rueda para desbloquear asuntos vigueses.