Bandera verde generalizada en todas las playas de Ferrol, cielos despejados y temperaturas que alcanzan los 33 grados han hecho del día de ayer el más caluroso y el más apetecible para acudir a los arenales. Esa afluencia masiva se traduce en cientos de coches abarrotando los aparcamientos, las pistas de acceso, las cunetas y hasta los pinares. Si otros años la vigilancia era tan meticulosa que se obligó a limitar el tiempo de aparcamiento hasta en las zonas acondicionadas para ello, este verano la “libertad” ha conseguido que las zonas naturales, acotadas al paso de vehículos, sean parkings gratuitos.