Confesiones en las calles de Vilanova

Los vecinos de Vilanova de Arousa se llevaron una gran sorpresa cuando vieron a cientos de jóvenes peregrinos hacer un descanso en la localidad, pero todavía más cuando comprobaron que sus calles céntricas se habían convertido en un improvisado confesionario gigante. Unas simples sillas de madera fue lo que necesitaron los curas desplazados para purgar los pecados de los jóvenes que hacían cola en busca de la penitencia. Aparte de la anécdota, la Variante Espiritual está resultando todo un éxito en lo que al número de peregrinos se refiere y la inversión ya da réditos.