EN el día en que el Racing de Ferrol cumplía sus primeros 104 años, el Amorebieta se llevó lo mismo que se han llevado todos los equipos que han visitado A Malata este año: un bonito recuerdo y nunca los tres puntos en juego. Esta fortaleza como local es la que ha llevado a los verdes a cumplir el sueño quince años anhelado por una ciudad y una afición. La misma que acerca a empujones el próximo objetivo: la permanencia. Porque —no caigamos en la euforia– la próxima estación del Racing es consolidarse en Segunda. Y eso que ya hay alguno que se toma los partidos entre semana como “un ensayo de la Champions”.