vale que la escena de esta semana de la redada de Pontedeume fue de película. Vale que pocas veces se ve a los “hombres de Harrelson” tomando un pueblo tranquilo como el de los Andrade. Vale que ver fardos de coca volando por las ventanas y policías con fajos de billetes en las manos no es común. Pero a medida que se va rascando en la trama que ha acabado ­—por el momento— con nueve individuos entre rejas vamos conociendo que más que un entramado de alta organización eran una panda de “camellos” muy de andar por casa. La red está plagada de vídeos de alguno de los detenidos alardeando de sus hazañas. En fin.