La verdad es que tenían que darle un puesto en el Centro Dramático Nacional a la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, después del gesto feo del portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, hacia un diputado del grupo izquierdista en el Ayuntamiento de Madrid. Qué ganas de armar bulla por algo que empezó por un grave insulto cuando Smith pasaba por delante de su adversario y éste respondiera poniéndole unos papeles en la cara. En un país civilizado y con representantes decentes, el presidente del pleno debió amonestar y sancionar a Smith y hacer que el izquierdista se disculpara, porque el insulto no cabe en un foro donde se supone se defiende la democracia y la palabra. Pero no. Vox echa más leña al fuego y Más Madrid, aprovechando la coyuntura, hace apología de la extrema izquierda y aprovecha el foco mediático para llamar de todo a sus rivales políticos y metiendo en el mismo paquete al PP, que nada tuvo que ver en este circo. Y está demostrado, se diga lo que se diga, que cuanto más se radicaliza el discurso de la izquierda, más favorece a la ultraderecha. Todo una pena.