Es difícil encontrar a alguien que no tenga formada una opinión bastante firme sobre la entrega absoluta de Sánchez hacia los catalanes. Hacia los que apoyan con sus votos su permanencia en La Moncloa, se entiende. Pero por si quedaba algún mínimo resquicio de incertidumbre al respecto, que el presidente se apresure a decir que “es compatible mejorar el sistema de financiación autonómica desde el plano multilateral y al mismo tiempo articular una financiación singular para un territorio tan importante como Cataluña” zanja la cuestión. En ERC estarán satisfechos.