Esculturas de Mané para defender el bosque autóctono frente a la invasión de eucaliptos

El artista Juan Manuel Álvarez Romero, Mané, ha concluido ya el proyecto con el que ha querido aportar su grano de arena a la defensa de la deseucaliptización de los bosques gallegos. Su acción, que ha contado con apoyo privado, consistió en la creación y posterior instalación de seis esculturas en otras tantas zonas del entorno del Monasterio de Santa Catalina, en Montefaro (Ares), donde algunos propietarios han llevado a cabo la sustitición de eucaliptos por especies autóctonas.

Las obras, cuenta el artista, están inspiradas en las leyendas y cuentos gallegos referentes a los bosques. “Los castaños, los robles, los acebos, los abedules o los tejos son árboles con una gran tradición histórica y mitológica en los bosque atlánticos, así como en su utilización, tanto en la construcciones arquitectónicas y en su poder sanador, espiritualidad y culto”. Por ello, añade, “por su magia y por su influencia en una parte de mi vida, he creado esta composición escultórica bajo un concepto poético en armonía con su historia, sus leyendas y por supuesto con su naturaleza a la que aún podemos salvar”, destaca.

El lunes se procederá a la colocación de la cartelería en cada una de las esculturas con la descripción del proyecto y el título de cada una –Cuento, Leyenda, Mito, Miedo, Misterio y Metáfora–. Todas están realizadas con materiales procedentes del monte, como piedra o madera y con pintura biodegradable, ya la que la intención del creador es que se integren perfectamente en el entorno y que sean efímeras en el tiempo. Reconoce estar contento con el resultado de esta iniciativa, sobre todo porque era una idea que le rondaba desde hacía tiempo en la cabeza, sobre todo en el transcurso de sus habituales paseos por la zona de Montefaro.

El artista, natural de Sevilla pero afincado desde hace unos cinco años en Ares, ha recibido ya peticiones de propietarios de montes de Ourense y Lugo para poder materializar también allí su proyecto escultórico. “Animo a la gente a que visite estas esculturas”, concluye.