Los muros de la vergüenza o el fin de los derechos humanos

Ni Igualdad, ni libertad, ni fraternidad; tampoco brilla la verdad ni la justicia. De toda esta falta de derechos hay actualmente un ejemplo en varios países que reúne en sí todos los males, son los muros levantados para evitar la penetración de inmigrantes, exiliados o refugiados. Son una desgracia, pero aumentaron de forma alarmante en las dos últimas décadas se multiplicaron los proyectos. Con la erección de los muros se elimina la libertad de movimiento de las personas; también desaparece la igualdad, pues las de dentro del muro son las buenas, a las que hay que proteger y las de fuera del muro las indeseables; del tercer concepto “fraternidad” no queda ni el nombre, más bien el lema es “sálvese quien pueda y a poder ser que me salve yo”.
El muro más sonado fue el de Berlín, pero no fue el primero ni el de mayor duración, la razón de ser muy conocido fue que lo construyeron los soviéticos en los años sesenta y estaban enfrentados a los EEUU. Los muros tienen múltiples orígenes, pueden ser producto de la guerra fría (enfrentamiento aletargado entre la URSS y los EEUU) como es el caso del de Berlín. Otras veces surgen para defenderse del expansionismo del estado vecino; también pueden ser debidos al enfrentamiento entre dos grupos sociales por razones étnicas, o religiosas. La mayoría tienen como objetivo principal contener a los inmigrantes.
La primera muralla se construyó cuando terminó la guerra de Corea y se dividió el país en Corea del Norte y Corea del Sur, era el año 1953 se designó una franja desmilitarizada de 4 km de ancho por 250 km de largo. El segundo muró fue el de Berlín lo inauguró Nikita Kruschev en 1961 y se derrumbó en noviembre de 1989, lo construyeron los soviéticos para evitar que los habitantes de Berlín Este huyeran a Berlín Occidental ocupado por los aliados donde se había constituido Alemania Federal con el primer canciller Konrad Adenauer; los rusos designaron su parte de la ciudad de Berlín, capital de la Alemania Democrática; la caída del muro en noviembre de 1989 supuso la reunificación de las dos Alemanias y también el desmoronamiento de la URSS en 1991 con Mijail Gorbachov.
El tercero se alzó en la capital de Chipre, Nicosia, en 1964, partió la ciudad en dos : la turcochipriota y la grecochipriota, son 180 km infranqueables. Otra capital con divisiones es Belfast (Irlanda) sus “99 líneas de paz” o muros de la capital separan barrios católicos de los protestantes, el primero se constryó en 1969. 
Entre los dedicados a impedir la movilidad están: en Cisjordania el muro levantado por Israel para impedir el libre movimiento de los palestinos; el de Ceuta y Melilla que las separa del suelo marroquí por dos vallas de seis metros de altura protegidas en la parte superior con cuchillas (concertinas); en construcción está en Turquía haciendo frontera con Siria. También Hungría alzó 177 km en la frontera con Serbia; en el Sáhara Occidental hay una barrera de arena de 2.700 km. levantada por Marruecos para evitar el contacto con el Frente Polisario. Arabia Saudí dispuso alambradas para frenar al Estado Islámico. Las vallas entre Pakistán y la India, este país en los años ochenta levantó las primeras barreras para defenderse contra el terrorismo, podemos llamarlo nacionalista, ocasionado por la posesión de Cachemira. 
La ONU levantó una cortina con alambre de púas electrificado y con terraplenes de arena para evitar la invasión de Kuwait por Irak; también la Unión Europea está comprometida para frenar la migración en Grecia (proyecto Poseidón) que recibe diariamente exiliados, huidos, tanto de Turquía por el río Evros a lo largo del cual levantó alambradas desde 2012, como por sus múltiples islas, llegan de Oriente Medio, África y Asia.
Por si fuesen pocos, el demagogo ultraconservador Donald Trump, que en las últimas votaciones salió elegido presidente de los EEUU, prometió en su campaña de propaganda eregir un muro en toda la frontera con México, la verdad es que ya existe una parte que alcanza más de 3.200 km., está electrizado de tal forma que a los mejicanos pobres que, en busca de trabajo intentan cruzarlo les lanzan una descarga eléctrica que los deja “fritos”.
Si a lo dicho le sumamos la sangre derramada en el mar Mediterráneo por los que huyen de África y el Oriente Medio, concluimos que hay que cambiar los pilares de las sociedades en la mayor parte del planeta Tierra. ¿No han soñado ustedes alguna vez, que de hoy para mañana, nos tocaba huir a nosotros?, con los niños a cuestas, arrastrando a los viejos, sin conocer el idioma, sin conocer el camino, dejando casa, bienes, enseres y sin apenas dinero … ¡que agotadora pesadilla!. PERO¡qué dramática realidad para miles y miles que deambulan despiertos, aunque medio muertos!. 
 

Los muros de la vergüenza o el fin de los derechos humanos

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