Aguas turbulentas

Quién nos iba decir que a estas alturas la gestión del saneamiento de la banda ferrolana de la ría estaría metida en un lío morrocotudo. Es incomprensible que una vez iniciada la histórica recuperación medioambiental de las aguas y fondos marinos, se ensombrezca todo el esfuerzo público, técnico y económico, por la incapacidad política local en acordar la administración del sistema de depuración y su financiación o, más bien, estrechez mental por el desinterés en lograrlo. Una vez más, el minifundismo partidario local aburre a un santo y a todos y cada uno de los vecinos.
Quizás, si echaran un vistazo a la gestión de la otra parte del ciclo del agua, la potabilización y suministro, aprenderían algo. Efectivamente, desde la creación de la empresa pública Emafesa, se mejoró ostensiblemente la gestión con los recursos aportados por los ferrolanos. Por supuesto, también estuvo sometida a malas decisiones políticas, pero el balance general es más que bueno.
Entre las buenas actuaciones, destacaría el logro del objetivo principal de su creación, la inversión multimillonaria, fundamentalmente con recursos locales, para reparar y ampliar la red de suministro en el municipio y mantener adecuadamente las instalaciones técnicas de depuración y el embalse de As Forcadas, que abastece a todos los ayuntamientos de la ría con calidad. Además, es justo reconocer el esfuerzo del alcalde Irisarri para garantizar la estabilidad económica de la empresa al acordar con todos los municipios el abono del agua  consumida. También, en su época se decidió que Navantia o la Autoridad Portuaria pagaran por el abastecimiento como cualquier otra entidad, no sin recurso jurídico de la empresa naval, dicho sea de paso.
Hoy no quiero profundizar en  las decisiones erróneas de estos años que no ensombrecen los logros, que podríamos resumir en acuerdo político local y supramunicipal, inversión y buena gestión, espejo en el que sería deseable que se miraran nuestros representantes políticos.
Volviendo al saneamiento, queda mucho trabajo por hacer. Lo primero, profundizar en el acuerdo a tres bandas entre Ferrol, Narón y Xunta de Galicia y recuperar el perdido en Ferrol, para estructurar la gestión del ciclo de agua, financiado con unas tasas justas de abastecimiento y saneamiento en Ferrol y Narón. Luego, acometer las inversiones pendientes en la cuenca del Río de A Sardiña y consensuar el de la zona rural, centralizado en la EDAR o con minidepuradoras, para culminar el sistema de depuración.
A ver si toman buena nota nuestros representantes y se ponen manos a la obra. Ya va siendo hora.
 

Aguas turbulentas

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