ORGULLO MULTICOLOR

El pasado viernes, en una sentencia histórica el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, la máxima instancia judicial en este país, declaraba ilegales las leyes que en catorce estados prohibían casarse a personas del mismo sexo. Muchos han llegado a comparar esta decisión con la tomada en 1954 que ilegalizaba la segregación racial en las escuelas. Como en aquel entonces, se venía a poner fin a una era de discriminación, de represión y de odios encontrados. Habrá que andar todavía mucho, pero un primer paso y muy importante está ya dado en un país que tiene a bien colocarse la medalla de defensor de las libertades mundiales. Llegaba esta sentencia justo en medio de las diferentes celebraciones del Orgullo LGTBI en diferentes ciudades de Galicia y España. Unas celebraciones que este próximo fin de semana tendrán su gran colofón como siempre con la celebración del Orgullo de Madrid y que se ha convertido en el gran acto central los últimos años. Y entonces las redes sociales se llenaron de banderas arco iris. Primero poco a poco, con un goteo incesante. Pero al final todo se desbordó y los colores que identifican a este colectivo inundaron Facebook, Twitter y lo que hiciera falta. No solo eran personas homosexuales o bisexuales las que se unían en esta celebración, sino también muchos heterosexuales que querían mostrar con este pequeño gesto su apoyo ante una decisión histórica. En España en este sentido somos unos avanzados, y ahora se cumplen precisamente diez años desde que se aprobara la ley de matrimonio igualitario, a pesar de la oposición de ciertos sectores. Siempre hay quien piensa que ya está todo el camino andado y ponen en tela de juicio la necesidad de seguir celebrando el Orgullo, argumentando que estas marchas ya no son necesarias o que muestran una imagen distorsionada de la realidad del colectivo LGTBI. Es cierto que se ha avanzado mucho, pero todavía no se ha logrado la normalización que a todos nos gustaría. Si el viernes todos nos alegrábamos por lo que acababa de pasar en Estados Unidos, el domingo no podíamos hacer lo mismo con lo que llegaba desde Turquía. Allí las fuerzas de seguridad atacaban con cañones de agua a presión, gases lacrimógenos y balas plásticas la marcha del Orgullo de Estambul. Y entonces recordamos que en 77 países todavía es un delito amar a alguien.

 

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