LIBERTAD DE OPINAR

Hace unos días tuve con un amigo una agria discusión después de que este publicara, a mi modo de ver, un desafortunado comentario en una red social asociado a una noticia. El contenido de fondo de dicha noticia tiene poca importancia para mi reflexión de ahora, así como el propio comentario. El caso es que tras hacerle ver mi desagrado por sus palabras, este amigo mío primero intentó convencerme de que él no había querido expresar aquello que me había ofendido. Sus argumentos iban en la línea de que yo no había sabido interpretar aquello que él quería decir y que le extrañaba que conociéndolo como lo conocía pensara así acerca de él y su discurso. Sin embargo, este argumento no me convencía y así se lo hice saber. Para zanjar la discusión sentenció entonces que en último caso él era libre de opinar lo que quisiera. Y por supuesto que todos tenemos la libertad de poder opinar. Me parece un derecho sobre el que no cabe realizar cortapisas y que sin duda es una de las claves que ha permitido el desarrollo de nuestra sociedad en los últimos tiempos. La libertad de expresión y opinión es un derecho fundamental y no seré yo quien se lo venga a limitar a nadie. Pero de igual manera que mi amigo tiene derecho a expresarse libremente, debe saber que tampoco él me puede limitar a mí en mi derecho a mostrarme ofendido, contrariado o molesto por lo que él comente. La libertad de opinión no implica la obligación de sonreír de oreja a oreja ante aquello que digas. Es cierto que la opinión es libre, pero después uno debe saber que será esclavo de sus palabras y estas no tienen porque sentar siempre bien a los demás, pudiendo generar rechazo de una forma tan libre como antes uno se ha expresado. Y parece que a muchos se les olvida esta segunda parte de la ecuación. En aras de la libertad de opinión se han cometido grandes tropelías y las fronteras de lo que es aceptable, justo o apropiado quedan muchas veces difuminadas ¿Hasta donde está permitido poder expresar las ideas que uno puede tener? ¿Un discurso racista, xenófobo, machista o que promueva la violencia contra otros debe ser aceptado simplemente por no limitar dicha libertad? Sin duda es un tema delicado. Y sobre todo porque luego aquellos que tanto hablan de que no se les puede recortar su libertad a una opinión son los que menos aceptan las opiniones contrarias a la suya.

 

LIBERTAD DE OPINAR

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