RENTABILIZAR EL MONTE

Según fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la evolución de los incendios forestales en Galicia está marcada por diversas circunstancias tales como causas naturales,  sequías -cuando tienen lugar-, el abandono del rural, la no limpieza de los montes, negligencias y la intencionalidad bien por venganza, intereses urbanísticos o tramas organizadas.
La principal de todas ellas, a partir de la cual intervienen las demás, es el abandono del rural por falta de rentabilidad de las tierras productivas y del monte. El éxodo masivo de las familias del mundo rural ha configurado, como había dicho el ex-presidente Touriño en su día, una reconversión mayor que la del sector naval, que por silenciosa no deja de ser dramática y fulminante para Galicia. Todo lo demás son complementos necesarios para que, finalmente, se produzcan los incendios y los sucesivos gobiernos de la Xunta de Galicia no han hecho más que trilear con el asunto con la finalidad de autoexculparse porque su gestión no ha ido más allá que la de asegurar los privilegios de quienes más se favorecen con el empobrecimiento de los montes y enriquecen con la industria del fuego.
A nadie le escapa que la limpieza de matorral implica una sobresaliente disminución del riesgo de incendios y que el aprovechamiento de este recurso, no valorizado, pasa por promover el uso energético de la biomasa forestal. Mas por un lado, la reducción del riesgo de incendio favorece que la partida de gastos anuales en concepto de prevención y defensa contra ellos disminuya, lo cual es bueno para las arcas públicas pero no para la trama urdida en despachos oficiales favoreciendo a empresas amigas creada ad hoc, que se verían en la necesidad de reconvertirse o desaparecer.
Por otro, hay una industria, fundamentalmente fábricas de tableros y papeleras, que también reaccionó de forma negativa ante la idea de promover el uso energético de la biomasa forestal, temerosos de que el propietario del monte optase por este mercado y relegase a esos clientes tradicionales que han sido y siguen siendo con la inestimable ayuda del poder político los responsables de la caída de precios y, por consiguiente, de la pérdida de valor del monte, del empobrecimiento del propietario y del consiguiente abandono del rural. Las medidas adoptadas por el Partido Popular para hacer frente a la grave situación y cumplir sus promesas electorales al respecto ha sido bajar las primas a la producción energética por medio de esta renovable… que a su vez motivó la bajada de precios de la madera…. Chapeau, jefe.
A una sociedad descreída ya con sus dirigentes políticos, harta de discursos, hay que hablarle  de soluciones y para reducir el riesgo de incendios no hay otro camino de industrializar el monte procurando un marco legislativo claro y adecuado, aprovechando la transferencia tecnológica de otros países con mayor y más consolidada tradición en estos usos, fomentando la agrupación de explotaciones forestales ya que el minifundismo existente, la dispersión y el elevado número de propietarios imposibilita toda actuación razonable. 
Desarrollar programas para la promoción de cultivos energéticos que incluyan tanto el perfeccionamiento de sistemas y maquinaria de recogida del producto como la logística para el transporte y suministro del mismo, no dejan de ser un nicho de negocio de primera magnitud. No impulsarlo es indigno de un gestor público.
Falta formación e información en el espacio rural y ayudas. Por ejemplo, para la mecanización de la recogida, para crear las empresas de logística e impulsar el mercado de la biomasa a nivel de producción y de demanda, para aliviar los sobrecostes de inversión de las instalaciones a las que llevar el producto, ya que son costosas y requieren asegurar el suministro de la materia prima para no resultar inviables económicamente. 
Pero claro, estos políticos, desvergonzados mas nuestra es la culpa de padecerlos, cuando llegan o permanecen un tiempo en el poder, difícilmente se prestarán a remover situaciones caciquiles y cuasi-monopolísticas consolidadas, primando maniobras de distracción como “los observatorios do lume” en lugar de redactar de una vez un Plan de Desarrollo del Uso Energético de la Biomasa Forestal, para hablar después de crear riqueza y puestos de trabajo, devolviendo al campo gallego y al bosque una rentabilidad adecuada. Pues no, para ellos la mejor inversión es en brigadas contraincendios.
 

RENTABILIZAR EL MONTE

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