Feliz Navidad

Ya sabemos que las cosas de palacio van despacio y que quien quiera implantar criterio, agilidad y gestión eficaz tendrá enfrente a los sindicatos del lugar diciendo “Be calm”, que en ese “centro de trabajo de toda la vidiña de Dios las cosas discurren a otro ritmo”... Y ya está, ya le han “calzao”. Les suena, ¿verdad? Así se han malogrado no pocas empresas públicas y así funcionan algunas, muchas, administraciones públicas, habiendo dado lugar a ese refrán todavía vigente.
También algunos ya sabemos que sobre todo para los dos partidos hasta ahora hegemónicos, el superior “interés general” de toda acción política y de gobierno es el último que les ocupa y preocupa, por mucho que por el pico sus miembros electos digan otra cosa; los hechos, hechos son. Partiendo de esa premisa, se aplican en sacar ventajas para sí y rendimientos electorales para el partido yendo en contra de la ciudadanía todo lo que haga falta. La consigna es no favorecer ni aprobar lo que proponga la oposición si lo pueden llevar a cabo ellos años después. Torpedear previamente y decir A para luego venir con B sin sonrojarse es la hoja de ruta a seguir. La actividad parlamentaria y el día a día en los concellos están llenos de ejemplos.
Lo que no se había visto hasta ahora era el público reconocimiento de la chancletada que es el llamado “juego político” y que tan poco tiene de juego para el ciudadano, para quien lo que sí representa es un coste sin precedentes del que nada sabemos puesto que sólo sale a la luz lo que les interesa a ellos, creando la brecha social y desigualdad que trae como consecuencia los estados de necesidad, proliferación de comedores sociales, de okupas, de delincuencia generalizada además de la suya, de los bancos de alimentos y otras organizaciones que existen por defecto del sistema, el cual lejos de ser solventado por quienes elegimos para hacerlo, lo que hacen es esquilmar lo que hay, robarnos aún más y permitir a eléctricas y banca, por ejemplo, que lo hagan, coadyuvando a que entre ellos y estos, con sus decisiones y acciones, se genere esa necesidad y ya, el colmo: visitar esas organizaciones para hacerse la foto de portada. ¿Cómo reacciona la ciudadanía a esto?
A raíz de la reunión en Oviedo mantenida días atrás por los tres presidentes autonómicos de Galicia, Asturias y Castilla-León, PP y PSOE respectivamente, y tras 35 años de pase de pelota unas veces, patata caliente otras, vienen a celebrar “el diálogo frente a la política de trincheras protagonizada por los partidos”; “Si bien esta política de trinchera estuvo de moda, ahora empieza a perder adeptos en virtud de la defensa de una política útil y de diálogo”; Feijoo dixit. Toma interés general prevalente por si alguien tenía dudas. Hasta ahora ni diálogo ni política útil. Sea educación, incendios año tras año, industria forestal. Pero ahí está la inversión del puerto exterior coruñés para ser interpretada libremente.
“Que paren el mundo que me bajo”, gritaba ya indignada Mafalda hace muchos decenios. Y no hemos hecho más que ir a peor. Pero somos pueblo que, lejos de enfadarnos y ponernos serios, nos lo tomamos todo a risa y así nos va. Nos manifestamos llenando calles para aquello que ya se sabe que está pactado y no tiene vuelta atrás pero caemos en el juego descrito más arriba en asuntos que requerirían el concurso de ciudadanos y alcaldes del área afectada, sin distinción de siglas, como es el caso que denunciaba el senador Ángel Mato a propósito del caso omiso a la propuesta y dotación para la mejora del trazado en la línea de ferrocarril Ferrol-Coruña a los efectos oportunos (económicos, ecológicos,..), de sobra sabidos.
“Si de algo estamos orgullosos -dice una señorita- en el Consorcio de Compañías Energéticas es de nuestra obra social; en especial, de los Planes de Reinserción Laboral para aquellos que se quedan sin trabajo. Nuestra acción solidaria se centra en la gente desesperada como son quienes dejan de ser ministros”. “No sé hacer nada -gimotea un ex-; no he trabajado nunca fuera del partido”. “Tranquilo”, le dice la gerente del Consorcio, “nosotros le daremos un puesto en nuestro Consejo de Administración”. “¿En serio?”, pregunta extrañado el propio incompetente para tal empleo, reconociéndole que había sido ministro de agricultura y que no tiene ni puñetera idea de energía. “Eso da igual”, le tranquiliza la mujer, animándole al decirle que sólo ganaría 300.000 euros al año. “¡Qué son 1.000 euros al día por devolverle la sonrisa a un ex ministro! Personas como Felipe (González), José María (Aznar), Elena (Salgado), Pedro (Solbes) y muchos más, que se iban a quedar sin un puesto y que hemos colocado en nuestras multinacionales”, dice la primera señorita. “Sabemos que nuestros clientes –ustedes, vaya– lo comprenden”. En esto se ve a un ciudadano consultado la factura eléctrica: “Potencia contratada... kilowatios/hora... ¡Sigo sin entender la factura de la luz... pero me da igual! Me basta con entender que con los 100 euros que pago al mes estoy contribuyendo a ayudar a todos esos políticos necesitados!”. Finaliza el spot con una voz de fondo que dice “Multinacionales de la Energía... Creemos en el poder de las personas... y, sobre todo, creemos en las personas con poder”.
Simpático ¿verdad? Pues ríanse todo lo que quieran pero es real. Mientras ustedes las pasan putas colaboran en el sueldo y vidorra de esos “servidores públicos” que lo fueron de nombre mientras trabajaban contra usted; sepan que el recibo de la luz/gas es el cajón de sastre en el que el Gobierno repercute sus errores, como por ejemplo los 3.000 millones de euros por lo del Castor, el depósito de gas natural más grande de España, que acabó siendo una ruina para las arcas públicas pero que pagaremos todos nos. Mas la culpa no es del indio sino de quien le hace compadre. Feliz Navidad.
 

Feliz Navidad

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