¿Se entiende mejor así?

Tres individuos bien trajeados, con sombrero, están parados de pie frente a una mesa sobre la que se despliega un gran plano. 
“Muy bien, muchachos, por fin ha llegado la oportunidad que estábamos esperando. Si estáis aquí es porque sois los mejores para dar el golpe definitivo”, comienza hablando quien parece que ejerce el mando. “Ah, vaya, vamos..., Johnny, por fin quieres atracar el Banco Continental, ¿verdad?” responde uno. 
“Ná; estoy hablando de hacer algo que nos retire para siempre”, contesta Johnny. “Vamos a atracar el Banco Central porque las cajas están llenas en esas fechas” afirma otro. “No; estoy hablando de robar muchísimo más dinero. Estoy hablando de abrir nosotros ¡un banco!” insiste Johnny mientras sonríe maliciosamente, al tiempo que suena in crescendo una música de fondo y aparecen sobreimpresas en la pantalla como si del título de una película se tratara, “El Golpe Definitivo”.
Dirigiéndose a uno mientras señala con el dedo índice golpeteando sobre el plano, dice: “Quiero que cada día, a las 8 de la mañana, pases por este pasillo y te instales en este despacho. Quiero que empieces a vender planes de pensiones con un interés ridículo..” .
“Pero que parezca que les estoy ofreciendo un chollo, ¿verdad Johnny?”, prosigue su interlocutor, interpretando fielmente las consignas recibidas. “Eso es. Y si alguien se resiste….” “¡Cómo si alguien se resiste, Johnny! Les ofrezco un juego de sartenes con teflón antiadherente y un delantal a juego”. 
Johnny, congraciado, señalándole con el índice le aprueba con un estimulante “Eso es, ¡actitud!” y volviéndose hacia el otro, le encara “¡William!, te necesito aquí”, indicándole un punto en el plano. “Aquí, en el mismo sitio y a la misma hora. Quiero que empieces a abrir cuentas aparentemente gratuitas pero que luego, por la espalda, les clavas 15€ de comisión al año” “¿De vellón, Johnny?”, “De vellón”, le responde. 
“Johnny, 15 euros de vellón es mucho”, le hace reflexionar William. Pensativo, Johnny se retracta: “Puede que tengas razón; un año es demasiado. Mejor 15€ al mes”, contesta zanjando la cuestión. Mas prosigue William: “Si alguien, en algún momento, quiere sacar el dinero del Banco…” “Le amenazas con una comisión de cancelación del 3%”, le corta rápidamente Johnny.
“¡Eso es abusivo!”, protesta William con expresión apesumbrada.
Johnny reacciona, categórico, bajando la voz, ante lo que parece un acceso de integridad: “Escuchadme bien, muchachos; el más mínimo despiste haría que dejásemos de trincar los ahorros de todo el mundo”
El tercero interviene para bajar la tensión, preguntando señalando con la cabeza: “Eh, Johnny, Johnny, eso…esas equis que están marcadas ahí, al lado” “¿Eh? ¡Ah!, sí, he estado  pensando en la seguridad del Banco. He instalado cajeros aquí, aquí y aquí”, informa señalando sobre el plano varias ubicaciones dispersas. “Podeis creerlo, vamos a cobrar 2 euros a la gente por sacar su propio dinero”, les adelanta, comenzando a desternillarse de risa, contagiándosela a los otros dos.
Tras unos segundos a carcajadas, interrumpe William: “Eh, un momento, un momento, chicos; no sé si voy a poder hacer algo así”. Johnny, mirándole fijamente a los ojos, le espeta muy consternado: “No quiero gente con principios. Si no estás seguro, puedes irte” Y William, bajando la cabeza, se mantiene en silencio. Johnny retoma la palabra y chascando los dedos, inquiere “¿Alguna sugerencia?”
Responde William: “No…Sí.. Podemos vender acciones preferentes y asegurar las posibles pérdidas con una prima de riesgo”. “Muy bueno”, apostilla Johnny, prosiguiendo: “Porque al final nos quedaremos… con las primas ¡y las preferentes!” Ja, ja, ja, ja, se desternillan nuevamente los tres cerebros. “Eh, muchachos, un momento, un momento”, interrumpe nuevamente el timorato William; “esto no puede ser tan fácil. Un día u otro nos vamos a ir a la ruina. ¿Qué hacemos cuando nos gastemos todo este dinero?”, les alerta mientras los otros le miran con cara de mosqueo. Johnny, flemático y seguro de sí mismo, afirma: “Pedirle el rescate a Europa. Les diremos que es para que fluya el crédito entre la pequeña y la mediana empresa”. “Hey, Johnny, John ¿y si el crédito no fluye, Johnny, eh? “Va a fluir”, asevera Johnny mientras les mira repetidamente, “Va a fluir. Seguramente hoy no… ¡Mañana!”
Sketch de José Mota que explica lo acontecido con el conocimiento y consentimiento del Banco de España, cuyo Gobernador nombra el Gobierno de turno: PP, PSOE, PSOE, PP. 
 

¿Se entiende mejor así?

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