Fusión Ferrol-Narón

Una encuesta realizada recientemente en toda Galicia y publicada por un importante medio de comunicación, reflejaba un hecho interesante. Me refiero al nivel de aceptación de la fusión de municipios. A modo de ejemplo, en la Costa da Morte, el voto favorable a las uniones ascendía al 60,6% de los encuestados; porcentaje que aumentaba entre los ciudadanos de Ferrol y Narón al 71,4% frente al 21,8% que se oponía. Con estos datos en la mano, parece claro que la idea de la unión está más extendida entre la población que entre la clase política que dirige los diferentes ayuntamientos. Espero con ilusión, que las mentes pensantes que redacten los programas electorales del PP y del PSOE de ambos municipios, incluyan la propuesta de una futura unión ordenada de ambas administraciones locales. Del resto de partidos no espero nada.
Esta promesa electoral tendría, con toda seguridad, el mayoritario respaldo ciudadano a ambos lados del puente de las Cabras. Aprovechar unas elecciones municipales para que la gente vote y decida sobre esta cuestión, reforzaría la legitimidad del proceso. Si los ciudadanos de ambos territorios somos lo mismo y compartimos las mismas calles, espacios públicos, centros comerciales, playas etc; no se puede entender que los partidos no actúen en consecuencia. En la semana que se hizo público que Narón se había convertido en la 8ª ciudad de Galicia al superar los 40.000 habitantes, conocíamos que el multigobierno naronés abandonaba el convenio de bomberos que tenía firmado con Ferrol. Curiosa manera de celebrar que se quiere ser una ciudad. Sumando los 75.000 habitantes de Ferrol y los 40.000 de Narón alcanzaríamos todos juntos el número de 115.000, lo que nos convertiría en la terecera ciudad de Galicia. Ello traería consigo unos mayores ingresos del Estado y un trato preferencial en subvenciones provenientes de la Diputación de La Coruña y la Xunta de Galicia, tal y como establece la última reforma de la Ley de Régimen Local. Se eliminarían gastos superfluos, se unificarían las concesiones administrativas, se aprobaría un sólo plan general de ordenación urbana, se coordinarían los actos culturales y deportivos, reduciríamos el gasto en concejales y duplicidades funcionariales, etc, etc, etc.