Políticamente ridículos

Vivimos en la era de lo banal y donde prima la impostura de lo políticamente correcto. Hoy más que nunca es normal escuchar a algunas personas dar opiniones que no son políticamente correctas sobre cualquier asunto conflictivo de manera que una vez que la exponen añaden “pero juraré no haber dicho esto”. Es decir, temen la que se les vendría encima si dan una opinión sincera fuera de lo que se considera políticamente correcto. Eso lleva al cinismo y a la autocensura. Pero no se trata solo de lo que uno puede decir o dejar de decir sino que lo políticamente correcto produce situaciones esperpénticas. El último ejemplo es el los dos cuadros colgados en la sala de plenos del Parlamento canario que hacen alusión, uno a la conquista de Canarias por parte de las tropas de Castilla y el otro a la entrega de una princesa guanche, Arminda Masaquena a las tropas castellanas. Las pinturas son obra de Manuel González Méndez fechadas en 1906.
Bueno, pues prohombres del nacionalismo canario se sienten más que ofendidos por estos dos cuadros de manera que en la Cámara canaria están pensando como acabar con esta ofensa sin destruir los cuadros. Parece que van a copiar a los parlamentarios andaluces que en su día, en otro gesto ridículo, decidieron tapar un retablo situado en la sala de plenos de lo que fue la antigua capilla del Hospital de la Sangre reconvertido hoy en Parlamento. Los parlamentarios canarios parece que harán lo mismo: tapar los dos cuadros que hieren su sensibilidad.
Claro que la alcaldesa de Córdoba no hace tanto que decidió que sacaran de su despacho un cuadro de San Rafael pintado por Antonio del Castillo en 1652 y lo mismo hizo con un crucifijo de varios siglos de antigüedad. En el caso de los andaluces en nombre del laicismo, y ahora los nacionalistas canarios porque consideran una ofensa la conquista del archipiélago por parte de los castellanos. Imagínense si hubiera que “tapar” el Partenón habida cuenta de que fue levantado con la sangre y sudor de los esclavos del siglo V AC. Quizá también habría que tapar o incluso demoler las pirámides mayas y las de Egipto, y desde luego tapar la gran mayoría de los cuadros de El Prado, el Louvre, Los Ufficci, etc, donde los grandes maestros como El Greco, Boticelli, Fra Angelico, Miguel Ángel, Van Dyck, Mantengna Veronés, Durero, Bellini, Rivera ,etc, etc, etc, firmaron grandes obras maestras de arte religioso. Sí, que los tapen no vayan a herir la sensibilidad de quienes se autoproclaman ateos o los que defienden el laicismo en el espacio público hasta límites que en ocasiones roza el ridículo. De la misma manera que en los últimos años en pro de lo políticamente correcto no se puede celebrar la Conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos para no ofender a los musulmanes, e incluso se cuestionan las populares fiestas de moros y cristianos que se celebran en el Levante. Saben, yo creo que más que políticamente correctos lo que hay cada vez más es políticamente ridículos. Y si se me permite, diré que también abundan los políticamente tontos. Es solo una opinión de alguien que ha decidido militar en lo políticamente incorrecto por aquello de sentirme libre.

Políticamente ridículos

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