Estatuas

La época en la que los gobernantes sentían la necesidad de dejar un legado de su gestión a modo de gran mausoleo, llámese autopista, auditorio, paseo marítimo y demás obras relacionadas con el ladrillo ha pasado a la historia. Y no porque los dirigentes entiendan que al buen gestor de los dineros públicos se le mide por otras cosas, sino porque la sociedad, después de la crisis de la que nos está costando tanto salir, demanda otras acciones. Pensar en las personas, en su bienestar, en cubrir los servicios básicos y destinar los escasos recursos que tienen las administraciones a favorecer la igualdad real no se pueden palpar ni admirar, pero quedan en la memoria colectiva y eso tiene mucho más valor que la mejor de las rotondas de diseño o que los bancos vanguardistas de cualquier flamante paseo.
Atender los pequeños detalles, las necesidades de quien se ve apurado en un momento determinado de su existencia es aportar valor añadido a la sociedad.

Estatuas

Te puede interesar