Vienen a por nosotros

Es otro globo sonda que nace de las entrañas de Moncloa. Revisar el copago por medicamento. Primero la ministra de Sanidad farfulló un planteamiento más que irreal irracional, después se desdijo un poquito –la puntita nada más– y finalmente dijo que estaba en estudio.
Hay un par de cosas que la ministra debía tener en cuenta: que sus cuentas son más falsas que un billete de dos euros y que su jefe y nuestro dolor había jurado en 2012 que de copago nada, monada.
Además debe saber, pregúnteselo a sus mayores, rica, que cuanto más ingresos recibes por tu pensión más le pagas ya a doña Hacienda. ¿Se imagina la ministra varios precios para la gasolina según el precio del coche?
Y, ya para ponerla colorada, ¿dónde encontró esas cifras que presentan a pensionistas con ingresos de treinta y tantos, cuarenta y tantos y tropecientos mil euros al mes. ¿Las soñó? ¿Las inventó ella solita?
La realidad nos cuenta que un 20% de los pensionistas debe elegir entre cenar o comprar las medicinas y que la sanidad pública retiró de la lista de fármacos –curiosamente los más usados entre las personas incluidas en la llamada tercera edad– que ahora aumentaron su precio en un treinta y sesenta por ciento.
La nueva ministra no nos habla de la pandemia gripal y las muertes provocadas; ni la rebelión de sanitarios de media España que denuncian la carencia de personal, el cierre de camas, la ausencia de material y un amplio etcétera.
En una reciente declaración la vice-portavoz del PP en el Parlamento anunció que el objetivo de su partido para este año eran “las personas” e hizo un recorrido por los parados, las mujeres, los jóvenes que emigraron buscando un porvenir. Y prometió que el presupuesto de la Xunta incrementará el presupuesto para atender a ese objetivo.
El papel todo lo aguanta y de promesas está el mundo de la política “sembrao”. Lo que pasa es que obras son amores y aquí las obras están en derribo. Vienen, pues por, nosotros. Primero dijeron que rescatar a la banca era gratis –el Tribunal de Cuentas cifra el gasto en 122.000 millones de euros– y, claro, ya no hay caja para los ciudadanos. Para los pensionistas. Sí encontraron millones para pagar a los bancos. Como siempre, pero ¿hasta cuándo? No diga que no les aviso: vienen a por nosotros.

Vienen a por nosotros

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