Lo quieren todo

Añoran la democracia orgánica donde ellos eran la banca, el crupier, el vigilante jurado, administraban el bar, la caja de cambios  y barajaban.
El dueño del local, vamos. Ahora quieren cambiar las reglas pues saben que así como van las cosas van a perder hasta la camisa. Y proponen, otra vez, barajar para seguir en el machito. Y hay que decir, por lo menos, dos cosas: la mayoría absoluta aque detentan significa tener el congreso y el senado, la mayoría en el poder judicial, el fiscal general, el llamado Consejo de Cuentas,  los guardias de la porra, el Boe y la mayoría de los medios de comunicación, así como los púlpitos...
Y en donde tienen mayoría absoluta: Valencia, Madrid, Castilla la Mancha, Galicia, por citar algunos ejemplos paradigmáticos, la corrupción, el enchufismo, eran –son– el pan de cada día. Desde Gurtel hasta las listas negras de Fraga para la TVG o para conceder teles y radios o las listas de empleados de Baltar y no nos olvidamos de las operaciones Orquesta y Cia que aun están en los juzgados.
Así que la mayoría absoluta, visto lo visto hasta hora, es lo más parecido al sistema del viejo régimen que, manda carafio, llamaba democracia orgánica.
Y hay otra cosa que conviene, también, recordar: si en un concello el partido ganador tiene el 46% de los votos y la oposición suma el 54% es que hay mas vecinos que no quieren que tome el mando –seguramente porque los conocen– y deciden que la mujor forma de ejercitar la democracia es con el juego de las mayorias y minorias. A esto hay que añadir la evidencia de que nadie, dentro del amplio marco partidario, quiere ir con ellos ni a setas ni a Rolex, por lo que solo es posible que tengan la llave si tienen la mayoría absoluta…con las consecuencias ya conocidas. Y, tiene gracia la cosa, este proyecto mariano se produce cuando el partido está señalado por la justicia, investigado por la policia y denostado por la ciudadanía.
Y quieren ese cambio cuando peligra el chiringuito, pues los ciudadanos, cansados de recortes, devaluaciones y cansados de ver peligrar sus derechos cívicos se aprestan, primero en las municipales, más tarde en las autonómicas y finalmente en las generales, a echarles…las cartas.
Y a lo mejor barajan y ganan la partida.
Y ganamos todos.

Lo quieren todo

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