Es corrosivo, palabra

Palabra que aparece en la misma página de corrumpente y corroyente– y que nos explica que esto de la corrupción tiene un pasado como se demostró en el I Congreso de Historia de la Corrupción Política en España, allá por el mes de diciembre en Barcelona y que, mire usted por dónde, amable lector, tuvo muy poco impacto entre los grandes medios de comunicación de este país…
Y es que resulta que el ministro responsable de Fomento en 1854, Agustín E. Collantes, fue acusado de defraudar piedra por valor de casi mil reales para construirse una casa junto al río Manzanares. ¡Y fue absuelto!, pues, según sus juzgadores, no tuvo intención de cometer delito. La historia cuenta que fue nombrado embajador en Lisboa o presidente del Consejo de Estado con Alfonso XII. Por aquel entonces –entre 1837 y 1911– solo fueron aprobados cuarenta y cinco de los más de mil doscientos suplicatorios para procesar a miembros electos. 
Nos cuenta Silvia que en las hemerotecas del siglo XIX se encuentran miles de casos de corrupción política y que muy pocos acabaron en una sentencia condenatoria. Tampoco fue condenado el presidente del Consejo de Ministros de María Cristina de Borbón tras vender las minas de Almadén a la banca Rothschild y repartirse los beneficios con la reina regente
Hasta aquí un poco de “la historia española de la corrupción” –te pone los pelos de punta ¿eh?– con la nobleza, la banca, los políticos. Ah... y también existían las puertas giratorias. En aquel tiempo, al igual que hoy, muchos pensaban “que una cosa es la penalística y otra muy distinta la justicia” (Borja de Riquer, catedrático emérito de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona)…
¿Ahora se entiende lo que pasa? Y, entre lo que pasa, otras dos “perlas” con fecha reciente: con el PP en el Gobierno de Valencia, la Fiscalía destapó un nuevo caso: veintidós contratos de profesores de religión, presuntamente irregulares ya que cobraban sin acudir a clase. Sigue la investigación en diversos arzobispados valencianos.
Cuenta InfoLibre que las grandes empresas del sector ganaron de la construcción en 2017 ganaron de mil setecientos millones, un 70% que el año anterior. Busquen esos resultados en los contratos llamados “Participación Pública Privada” (PPP, ¿les suena a algo?), donde siempre ganan los mismos.  

 

Es corrosivo, palabra

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