¡Sálvese quien pueda!

La frase filosófica de Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre” está cada día de más actualidad ante las innumerables situaciones y actitudes que se producen, cotidianamente, en nuestras comunidades de vecinos, barrios, pueblos y ciudades. Hobbes, señalaba también entre otras cuestiones que “el estado Lnatural del hombre es la lucha continua contra su prójimo”.
Los sentimientos de desconfianza y los pensamientos negativos que muchas personas tienen sobre los demás semejantes están convirtiendo a nuestra sociedad, metafóricamente hablando, en un verdadero “campo de batalla”, donde el más fuerte trata de atrincherarse y alejarse de la realidad, creándose un mundo paralelo, fuera del cual todos los demás son sus enemigos a los que hay que vencer, a cualquier precio y por cualquier medio a su alcance.
La empatía, la solidaridad, la complicidad, la buena fe…, entre otros, son valores trasnochadas para demasiadas personas. El “sálvese quien pueda”, como modo de vida, impera en demasiadas familias, grupos empresariales o colectivos sociales en general, convirtiendo a las buenas personas en seres humanos con alguna patología o simplemente como meras piezas de museo.
Todo por la familia; los trapos sucios se lavan en casa; lo único que me importa soy yo mismo; quiero tener y tener, cuantas más cosas mejor; no me importa lo mal que lo está pasando el vecino, es su problema, son algunos pensamientos y la filosofía de vida de demasiadas personas que no ayudan a seguir construyendo un mundo mucho más humano, más justo, más solidario y más soportable para todos.

¡Sálvese quien pueda!

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