GRACIAS A DIOS

Como decía Maki el Navaja: “Pudo haber una massacre del caganse”. Pero no. Gracias a Dios, fue a las siete de la mañana. Gracias a Dios, el tío no tenía un tráiler (si no habría llegado hasta el antiguo despacho de Bárcenas). Gracias a Dios, no pasaba nadie por allí y, gracias a Dios, Rajoy estaba no se sabe dónde.
Nos podrían haber caído tres días de luto nacional, tirando por lo bajo. Pero gracias a Dios, ahí está, incólume; como un masai vigilando su rebaño. Tal vez no fue cosa de Dios, y tampoco del Diablo, sino una puta coincidencia. Para el caso da lo mismo.
Unos  nacen con estrella, otros estrellados, y alguno, como florero venido a menos, con una flor entre nalgas. Ahora, vistas las orejas al lobo, hay que tomar medidas. La primera reparar la entrada de la sede del PP. Para ello se puede pagar con la caja “A”, o con la caja “B”. Gracias a Dios, el PP no tiene problemas de dinero. De cualquier color.

 

GRACIAS A DIOS

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