Castañas calentitas

Era de esperar. Las cosas están calentitas, calentitas. Como castañas asadas. El Gobierno tiene la fuerza de la ley, y la ley de la fuerza, y las usa de modo coercitivo. ¿Alguien esperaba otra cosa de Rajoy, el incorrupto? Por eso no me llama la atención que no actúe, directamente, contra Puigdemont y sus Consellers. 
¿Acaso teme enchiquerarlos y no tener interlocutores el día dos de octubre? ¿O es que juega con la ley y su aplicación como si hiciera bolitas de la nariz? Sea por cualquiera de las dos cosas, o cualquier otra, me parece peligroso. 
Los derechos civiles también se rigen por leyes. Claro que no hay por qué asustarse. Desde lo del veintitrés efe aquí ha pasado de todo y seguirá pasando. ¿La ley Corcuera renace de sus cenizas? Pues no sé qué decirles. ¿La entrada de la Guardia Civil en dependencias de la Generalitat tiene que ver con lo que digo? Pues tampoco lo sé. Lo que me preocupa ahora es la ley mordaza. ¡Carallo nenos!
 

Castañas calentitas

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