Renta, fraude y amnistía

Presentada la declaración de la Renta que rascó nuestros bolsillos, con la venia del señor Montoro traigo a esta modesta columna cuatro notas relacionadas con la fiscalidad que fueron noticia en el mes de junio.
Una. La sentencia del Tribunal Constitucional que anula la amnistía fiscal y critica con dureza al Gobierno que abdica de sus obligaciones y “valida la conducta de quienes, de forma insolidaria, incumplieron su deber de tributar”. Se sabía que la amnistía repugnaba a la ética y al sentido común. Ahora sabemos que repugna también a la Constitución.
Es verdad que afloraron 40.000 millones, pero tan solo recaudó 1.200, una minucia. Lo que no se puede cuantificar es el mensaje demoledor enviado a los ciudadanos cumplidores. Como demoledor y escandaloso es que el TC tarde 5 años en emitir esta sentencia. ¿Qué medida del tiempo tendrán esos magistrados?
Dos. Según el Consejo General de Economistas, la economía sumergida en España asciende a 168.000 millones, un 16 por cien del Producto Interior Bruto que se escapa al control del fisco. Por esta “economía en negro”, la tercera más elevada después de Grecia e Italia, el Estado deja de recaudar 26.000 millones de euros.
El ministro Montoro y su Agencia Tributaria, que son implacables con cualquier error en la declaración de la Renta, no persiguen con la misma diligencia y eficacia las actividades económicas opacas. ¿Por negligencia o por incompetencia?
Tres. El Observatorio de la Contratación Pública estima que el fraude en los procesos de contratación de obra pública genera un sobrecoste anual de más de 20.000 millones. La falta de trasparencia y la corrupción, dice ese organismo, retrae fondos para otras políticas que podían reactivar la economía. Sin comentarios. Cuatro. La lista de morosos. Son 4.549 y acumulan una deuda al fisco de 15.400 millones -en Galicia 190 empresas y particulares deben 470 millones- que representa el 1,5 por cien del PIB y la mitad del déficit público acordado con la Unión Europea. ¿Alguien entiende que Hacienda no cobre las deudas de esas empresas y de particulares que, en muchos casos, llevan una vida de ostentación y lujo que es un insulto a los ciudadanos que pagaron a la Hacienda el viernes pasado?
Hagan cálculos y saquen conclusiones. Pese a la amnistía, al fraude y a tanta corrupción, “España va”, lo que corrobora la sentencia de don Ciprián de Penalva: “o país pode con todo”. Hasta que un día reviente.

Renta, fraude y amnistía

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