Las pérdidas del rescate bancario

España ha rescatado a la banca con una suma millonaria que se da por perdida y que asciende a casi 61.000 millones de euros. Parafraseando a Churchill diríamos que “nunca tan pocos han debido tanto a tanta gente”. Los impuestos han servido para pagar una jugosa tarta y una bacanal que algunos se han dado a costa de los demás. Para las generosas ayudas no se miró sí eran factibles o no, se malgastó una fortuna en no solucionar nada y numerosas entidades se quedaron con el negocio saneado a costa de los españoles, sin reportar nada al Tesoro Nacional.
Las pérdidas millonarias, están repartidas de momento en Liberbank 124; BMN 192; Banco Gallego 340, Caja Sur 392; Caja 3 407; CEISS 954; Banca Cívica 977; Unimm 2.530; CCM 3.752; Banco de Valencia 6.189; Novacaixagalicia 9.178; CAM 11.102; BFA-Bankia 12.690, Cataluña Bank 12.724. Todo ello sumado a lo que resulta no recuperable a día de hoy, asciende a 61.551 millones de euros.
Como se puede a preciar el agujero era mayor de lo que se decía y quizás de lo que se imaginaba el Banco de España. De toda esta suma es posible que la inmensa mayoría se de por perdida. El FROB, subestimó la situación y ahora la propia entidad tiene serios problemas de liquidez para subsistir, por lo que posiblemente habrá que preparar un rescate del FROB. En todo este proceso se han cerrado 15.000 oficinas y se ha prejubilado o despedido a más de 75.000 trabajadores. De los 77.000 millones de euros prestados o inyectados a las entidades con problemas, casi 61.000 millones no se recuperarán; el 80% se ha quedado en alguna parte del camino.
La mayor parte del capital fue prestado al FROB, casi 60.000 millones, para el saneamiento bancario, el resto, es decir, 17.000 millones, son aportaciones de la banca salidas del Fondo de Garantía de Depósitos. La conclusión del informe revela que se perderán unos 40.000 millones, suponiendo la mayoría de las ayudas prestadas a la CAM, Bankia y Cataluña Bank. Ahí es donde está la mayor parte del agujero. Lo malo de todo esto es que son irrecuperables para el sufrido contribuyente y se han cargado vía deuda pública, lo cual quiere decir que los impuestos se añadirán a mayores a esa partida, para ir deduciendo el importe de una monstruosa deuda que se acumula entre comunidades autónomas, rescate bancario y otras necesidades del Estado. Ahora bien, no será posible la liquidación de esta deuda si el Gobierno no impone seriedad en sus cuentas y la exige a los órganos que tutela.
Hay muy pocas posibilidades de recuperar estas pérdidas y, por supuesto, nunca en su totalidad. Los adjudicatarios de aquella ruinosa banca frotan las manos con sus jugosos beneficios, pero él contribuyente carga con las pérdidas. No hace falta ser muy listo para llegar a semejante agujero; es lo que tiene que, según algunos, el dinero del Estado, que no es de nadie. Una falacia; el dinero siempre sale de las aportaciones de los impuesto , que a este paso nunca se podrán bajar, porque siempre habrá algún agujero importante que alguien dejó en el camino, para tomar esas decisiones no es preciso ningún master en economía. Solo se necesita sentido común y aplicarlo.

Las pérdidas del rescate bancario

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