Las cajas gallegas

Apenas hace unos meses, la Audiencia Nacional, tomó la decisión de enviar a prisión a la poderosa cúpula de Novacaixagalicia para evitar la sensación de impunidad que ante los ciudadanos suponía la quiebra de la caja de ahorros fusionada de las antiguas Caixa Galicia y Caixanova, dando por resultado el nacimiento de Novacaixagalicia, al no haber devuelto los imputados 10,4 millones de euros que se endosaron en las prácticas bancarias. El Tribunal Supremo todavía les dio un tirón de orejas, al considerar las penas como benévolas.
La Audiencia Nacional decide enviar a prisión a dicha cúpula ante la gravedad del delito cometido en razón del impacto económico producido y evitar de este modo la sensación de impunidad que se respiraba en la sociedad civil. Ordenando su ingreso en la cárcel el lunes 16 de enero, para cuatro directivos y un asesor jurídico, que fueron condenados en 2015 a dos años de cárcel, al haber cobrado unas indemnizaciones millonarias, las cuales se concedieron de común acuerdo antes de dejar la entidad y que llegó a alcanzar la cifra de los 22 millones.
Siendo condenados José Luis Pego Alonso, Gregorio Gorriagán Laza, Oscar Rodríguez Estrada, Julio Fernández Gayoso (presidente) y el asesor Ricardo Pradas Montilla, que urdieron sus planes de millonarios jubilados ante la posibilidad de que la entidad prescindiese de sus servicios de un momento a otro.
Se trataba de la primera vez en la historia reciente de llevarse a efecto el ingreso en prisión de unos banqueros condenados por malas praxis en la dirección de las cajas de ahorros, en que una confirmación de la sentencia del Tribunal Supremo valora de gravedad de los hechos.
Pese a los balances bancarios del año 2010 que hacían ver a una caja saneada, lo cierto es que fue preciso hacer una aportación de 9.000 millones de euros, que salieron de las arcas públicas, sin contar con otros 70 millones más que fueron invertidos por empresarios gallegos en la entidad y que se quedaron sin ellos.
La caja fusionada NCG acaba siendo intervenida por el FROB y su valor estimado como de saldo, en tan solo 181 millones de euros. Aquello resultó ser una inmensa pantalla y de ahí las jugosas jubilaciones que se atribuyeron sus directivos.
Del desastre se salvó el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, (de momento) quien dejó la entidad antes de que se formulase la fusión de ambas entidades y que renunciaba a lo que le correspondía.
Lo más probable es que el Banco de España, dada la situación de quiebra técnica en la que estaba la entidad Caixa Galicia, lo apartase del cargo, llevándose, eso sí, la jugosa cifra de 18 millones de euros del plan de pensiones y de una póliza de seguros, como cantidad principal. Esta sentencia sienta una jurisprudencia que se podrá aplicar en otros casos.

Las cajas gallegas

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