¡A pé de barrio!

Es curioso que la ciudad esté llena de cartelones con dicha frase –a la que se le añaden citas que no dicen nada– que solo son simple slogans que afean las calles y los ugares en que se colocan. La mayoría andan por los suelos, rotos, destrozados por aquellos a los que todo les estorba; es la realidad de la sociedad en que vivimos. Pero esos carteles anunciadores de ciudad idílica, si esta no se limpia y se adecentan sus calles, se mejoran sus servicios y se repone el mobiliario urbano destrozado, defectuoso o en malas condiciones, no sirven de nada, más bien son una burla al sentido común de los ciudadanos.
Está bien que el ingenio se agudice –es patrimonio del ser humano–, pero también es necesario que la ciudad funcione adecuadamente, invirtiendo en los servicios que se necesitan y no realizando gasto innecesario en cartelitos que no dicen nada, cuando la ciudad está en total abandono por parte del Ayuntamiento. Necesita un carril bici, eliminar la doble fila que entorpece la circulación, ordenar las aceras para que circulen por ella solo los peatones, sin verse amenazados por los constantes artilugios que pasan a velocidades de vértigo, inclusive repartidores y motoristas que desean cambiar de vía, se suben a la acera y unos metros más adelante se incorporaran a la nueva vía. Los camiones y furgonetas de reparto que se paran en cualquier sitio y a veces ocupan parte de las aceras y dejan al viandante con problemas de paso, por no decir de los vehículos que se paran en los pasos de peatones y allí se quedan y así un sin fin de temas que desde el palacio municipal no se ven y desde la Policía Local tampoco se abordan. La política social y equitativa es repartir los derechos de cada uno en su justa medida.
En cuanto a limpieza, las calles están llenas de basura y sucias; los contenedores lo mismo y encima rotos o con síntomas de abandono; las fuentes históricas y monumentales claman por su falta de atención ; la más llamativa es la de la Fama, hoy fuente de San Andrés, cuya trompetilla desapareció hace algunos años y no se repuso. El jardín del Relleno tiene sus monumentos en completo abandono, sucios, con pintadas y carecen de sus inscripciones. La falta de atención es llamativa a la vista de cualquier paseante, ya sea natural o foráneo. La que peor se encuentra es la dedicada al patricio coruñés Eusebio da Guarda. El Ayuntamiento no hace nada por solucionar este ni el resto de los problemas que conlleva la convivencia social. Por no mencionar las innumerables pintadas en todo el mobiliario, incluidas fuentes, estatuas emblemáticas, fachadas artísticas y monumentales,. Y qué decir de nuestras plantas de los jardines de Méndez Núñez, algo insólito que en el centro de la ciudad se permita causar tanto destrozo constantemente.
En definitiva, los cartelitos no sirven de nada si no se acompañan las medidas precisas para garantizar el respeto por lo común, salvo que alguien esté haciendo su agosto con dichos carteles o que no haya visto la ciudad nunca. La inactividad de la Marea conlleva estos abandonos a los que se somete a La Coruña.

¡A pé de barrio!

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