El derecho a ofender

En una sociedad democrática, el derecho a la libertad de expresión tiene que estar garantizado en términos casi absolutos. La Ley solo debe intervenir en casos de calumnia, injuria, incitación al odio, enaltecimiento del terrorismo y escarnio de sus víctimas. Fuera de estos casos, ninguna ideología política ni religión pueden exigir no ser ridiculizada.
Es preocupante que en una Democracia se juzgue a unas personas, porque unos católicos se consideren ofendidos por una parodia de procesión de indudable mal gusto, de la que por decoro no daré datos. 
Sin embargo esa mala educación no puede ser considerada un delito, porque si tal cosa hiciéramos, también mi espíritu científico tendría derecho a sentirse ofendido por quienes propagan ideas tan absurdas como que descendemos de Adan y Eva, que el mundo se hizo en siete días, o que hubo vírgenes embarazadas por espíritus en forma de palomas. 

El derecho a ofender

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