Diez días después

Diez días después del atentado en Barcelona, la reacción de la sociedad y de las instituciones es en general, de madurez democrática y templanza, virtudes que no deben conducir al fatalismo del “sabíamos que iba a pasar”, por mucho que sea inevitable que estas cosas terminen pasando tras evitarlas varias veces el buen hacer policial. 
La sociedad  no debe vivir encastillada ni alterar su rutina, porque sería hacer el juego a los yihadistas, pero hay que analizar constructivamente los errores cometidos.
La pregunta que circula bajo el radar mediático, es si el Ministerio del Interior compartió o no compartió con los Mossos d’Esquadra, la información sobre los cerca de 250 yihadistas potencialmente peligrosos que viven en Cataluña. Mariano Rajoy ya tuvo un “lapsus linguae” en su comparecencia conjunta con Carles Puigdemont, al decir que “habrá que compartir lo que haya que compartir”.