Un debate cansino

La supresión de la mili y la prohibición europea de subvencionar a la industria, golpearon duro a una ciudad excesivamente especializada. Es verdad que después vino un campus universitario, un puerto exterior, y se descubrió nuestro potencial turistico, pero el retraso de diez años en unir la autovía con Guísamo abortó la diversificación industrial.
Por todo esto perdemos población desde 1981, y también porque cada año tenemos menos de 400 nacimientos y unas 800 defunciones; es ya una tendencia consolidada, pero en cambio podemos invertir los flujos migratorios, porque no es normal ni inevitable, que universitarios ferrolanos emigren a otras ciudades para montar sus iniciativas empresariales, y desde allí busquen contratos. Necesitamos superar una nostalgia estéril, y salir de un debate cansino y autodestructivo. Ferrol no volverá a ser lo que fue, pero no tiene por qué ser lo que es.

Un debate cansino

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