LLUVIA NEGRA EN GALICIA

La lluvia ha vuelto a Galicia , el corazón se encoge , y el luto oscurece nuestro cielo, espejo de la tragedia entre los malditos raíles en los que quedaron los sueños de tantas vidas truncadas unas horas antes del Día de Galicia, que a partir de ahora llevará un crespón negro en la memoria.
Un minuto de horror seguido de otros tantos donde, una vez más, la marea de solidaridad combatió con el coraje, la entrega, las lágrimas, la valentía, las mantas, el agua y hasta su sangre el dolor que se alzaba en una curva, en  un escenario tan próximo a la estación..., tan cerca.
Las preguntas se agolpan en las mentes aunque siempre hay demasiados dispuestos a respuestas rápidas que alimenten tertulias, fotos, especulaciones y algún amarillismo tan lejano del respeto a la intimidad del que el pueblo gallego sabe hacer gala.
Un maquinista cuya aparente negligencia resulta inexplicable, se convierte, justa o injustamente, en el único objetivo inmediato de quienes ya lo han sentenciado, quebrantando de inmediato la presunción de inocencia que sí se otorga, en cambio, a otras posibles responsabilidades.
El respeto y la prudencia deben medir cada palabra, cada actuación, cada declaración, ya que no podemos alimentar más sufrimiento. Como preciso es esclarecer todas las causas, y premiar como merecen a esos héroes unáninemente proclamados estos días..., bomberos, sanitarios, esos mismos que sufren los recortes en su trabajo cotidiano, que salva vidas.
Será preciso conocer las razones del retraso en la gestión de las emergencias, en la ausencia de medios preventivos de seguridad, en tantas preguntas que se atenazan y que es necesario contestar para que nunca jamás volvamos a llorar de frustración un drama posiblemente evitable.
Entre tanto, la lluvia sigue símbolo del dolor por aquellos que ya nunca volverán , por aquellos que nunca olvidaremos.