La venganza no tiene fin

josé Blanco, el político que en Galicia hizo carrera como Blanquito y en Madrid como Pepiño, vive un retiro dorado en el Parlamento Europeo. Pero su pacífica existencia está a punto de llegar a su fin. Peón destacado de ZP, que lo colocó de secretario de Organización y de ministro de Fomento, tanto uno como otro se alistaron en el bando de Susana “La sultana” Díaz en la campaña de las primarias y eso se paga cuando gana el rival. Y más, claro está, si el rival es Pedro “La sonrisa” Sánchez, quien tras su muerte y resurrección se ha mostrado más vengativo y purgante de lo que cualquiera pudiese pensar. Ese rencor, que crece cada día que pasa desde que fue reelegido secretario general, está a punto de llevarse por delante a Blanco, pues tendrá que pasar por la comisión parlamentaria sobre Angrois que impulsan precisamente los socialistas. Él fue el ministro que diseñó el trazado férreo y que lo dejó sin medidas de seguridad y ahora el podemizado Sánchez se lo va a sacar de las costillas ¿o simplemente quiere vengarse de que no le apoyase? Pues...

La venganza no tiene fin

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