Una jubilada prematura

LA leria de Cataluña se va acabando poco a poco, pero cada día aún surge alguna perlita –Majorica, ¡eh!, que los Países Catalanes son los Países Catalanes–. Esta vez la protagonista es Anna Gabriel, la dirigente de la CUP que es toda una creadora de tendencia, pues ha sido capaz de imponer la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes. La pobre ya volverá a sentarse en el Parlament. Los estatutos de la formación antisistema impiden que repita como candidata y tendrá que buscarse la vida por otro lado. ¡Menudo roto le van a hacer a su economía! A la pobre le vuelan de repente los 5.843 euros del ala que cobraba al mes –en catorce pagas– como diputada, más los 669 que le correspondían por gastos de desplazamiento. Más de 6.000 pavos al mes no hay muchas empresas que los paguen –menos en Cataluña donde casi ya no quedan– y contratarla a ella... ¿Qué puesto se le puede ofrecer después de los disparates que ha protagonizado a lo largo de los últimos años? Pregunta de difícil respuesta.

Una jubilada prematura

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