De tal palo, tal astilla, pues claro

De casta le viene al galgo, que al fin y al cabo es lo mismo que decir que los genes son tan poderosos que, a veces, sorprenden a todos. Este es el mejor argumento que puede utilizar el hijo de Donald Trump, Donald Trump junior, para justificar su tendencia a la infidelidad y que, su mujer, no termine tirándole todos los jarrones de la Casa Blanca a la cabeza. Y es que el retoño del mandatario tuvo un desliz amoroso con la despampanante y exhuberante Aubrey O’Day, que para más señas fue una de las concursantes en el Celebrity Apprentice, el programa de televisión que presentó durante años su papi. Así todo queda un poco más liado y en casa.

 

De tal palo, tal astilla, pues claro

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