La sorpresa del okupa


NO es que Alfred Bosch tenga precisamente pinta de okupa, incluso lucía corbata cuando trabajaba como portavoz de ERC en el Congreso. Pero a lo mejor en plena noche, despeluxado y con un pijama que vaya usted a saber cómo era, sí da el pego. Al menos, eso debió de pensar un okupa de los de verdad –igual hasta de los apadrinados por Ada Colau– que intentó instalarse en la casa del político y al que este puso en fuga. “¡Ah!, no sabía que el piso ya estaba okupado”, se disculpó el sorprendido colonizador inmobiliario.

La sorpresa del okupa

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