Una isla salvadora de fortunas

AHORA que se va acercando el buen tiempo vuelven a aparecer en las agencias de viajes las ofertas para pasar unos días en Madeira. Buen destino; uno se siente casi como en casa, puesto que abundan los empresarios gallegos que arreglan allí sus cuestiones fiscales y no porque haya unos asesores privilegiados, sino porque los privilegiados son los contribuyentes, que pagan unos impuestos muy bajos. Pero el archipiélago no es un coto exclusivo de empresarios; se caracteriza por la diversidad de profesiones. Cualquiera que disponga de una cuantiosa fortuna, por ejemplo, un futbolista, es bien recibido. ¡Ay si Cristiano le hubiese contado a Neymar los encantos de su tierra! ¡Cuántos problemas le hubiese evitado! Desde luego, no estaría como está a un paso del banquillo y no precisamente del de los suplentes.

 

Una isla salvadora de fortunas

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