El gobierno mareante, desaparecido en combate

ojipláticos deben de andar los vecinos de la coruñesa plaza de San Pablo. Ellos que llevaban años esperando una reforma integral de la zona vieron con alborozo como un buen día, hace ya unas semanas, las máquinas, los operarios y las vallas se apoderaban de su calle. En ese momento supieron que por fin el proyecto de mejora que había diseñado el PP en su día, se iba a convertir en realidad con los matices mareantes que siempre hay en este tipo de obras. Sin embargo, su gozo se convirtió en angustia cuando hace quince días, la zona de guerra (perdón de obras) amaneció vacía de soldados (perdón, obreros). Y desde ese día siguen sin tener novedades en el frente. Las vallas siguen, las incomodidades perduran. Las alcantarillas y registros, sin tapa, recuerdan su presencia con su hedor y los niños no tienen ni una mala esquina en la que jugar. Y mientras tanto el mando general (perdón, María Pita), sigue mirando para otro lado y silbando una cancioncilla pegadiza. Ya se sabe, lo suyo es darle una vuelta a los asuntos para que luego se los tengan que resolver otros. FOTO: La plaza de San pablo, como si de zona de guerra se trtara | P. Puig

El gobierno mareante, desaparecido en combate

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