Un derbi que camina, año tras año, hacia la normalidad

TODO está preparado para que esta tarde en Riazor vuelva a imperar la cordialidad. Sobre el césped habrá dos equipos que lucharán por hacerse con los tres puntos y, en las gradas, lo único que debe haber son dos aficiones, animando a su conjunto. Poco a poco, la violencia que imperó en otros derbis entre Celta y Deportivo se ha ido diluyendo y buena culpa de ello lo tienen las directivas y los propios jugadores, capaces de introducir un poco de cordura en un deporte en el que, con demasiada frecuencia, impera la locura. Todo está preparado para la gran fiesta del fútbol gallego y ya se sabe que de nuevo volverá a sonar el himno gallego, la banda sonora perfecta para que ambas aficiones demuestren que hay un sentimiento capaz de unirlas.

Un derbi que camina, año tras año, hacia la normalidad

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