Los cascos azules, en Vigo

SI el recién nombrado secretario general de la ONU, Antonio Guterres, estaba contento a principios de semana por el espíritu de concordia con el que se afrontaba el Celta-Deportivo, para él casi tan cercano como el derbi de su pueblo, Benfica-Sporting de Lisboa, ahora debe de estar muy preocupado. Incluso no se puede descartar que tenga que enviar unos cascos azules a Vigo como fuerza de interposición ante la convulsión en la que está inmerso al celtismo. Por cierto, si Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, viajó la temporada pasada a Balaídos en un coche de la Policía Local y trató de se justificarse alegando que lo había hecho por motivos de seguridad, el domingo tendrá que ir en un tanque y sustituir la camiseta de los Blues por el uniforme de los agentes antidisturbios.

Los cascos azules, en Vigo

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