“Gabinete de apariciones” de Pablo Gallo

La galería Monty4 ofrece la muestra de Pablo Gallo (A Coruña ,1975) “Gabinete de apariciones”, que se encuadra dentro de la IX Edición de Cinema Fantástico da Coruña. En torno a lo fantástico o más bien a lo inexplicable, gira toda la obra expuesta; de ahí que las nubes “ les mérvélleuses nuages” (las maravillosas nubes) de que hablaba Baudelaire sean omnipresentes, símbolo de lo aéreo, de lo ligero y de lo que pertenece a otra dimensión. Es un modo de hacer referencia a ese lado espiritual o esotérico que concierne a la conciencia humana y que la ciencia materialista no ha podido explicar, pero que se encuentra en las creaciones de grandes artistas, algunos de los cuales como Blake ,Klee, Duchamp, Huxley, entre otros, motivan poderosamente al artista coruñés.
Desde el cuadro “Las primeras nubes”, que anuncia una aparición de luz de lo alto, hasta el titulado “Pensamientos elevados”, que sumerge a un caminante en una nube rosada, toda la obra invita a sumergirse en ese otro lado desconocido, en ese enigma que nos rodea y al que estamos llamados a enfrentarnos una y otra vez. Pablo Gallo lo hace con imágenes que evocan un determinado tipo de cine o escenas cinematográficas con una estética años cincuenta, en la que tanto tuvieron que ver las producciones de Holywood. Los tonos rosáceo-rojizos lo inundan todo proclamando el derecho a soñar, a dejarse incitar por un “Alegre presagio nocturno”, o por una “Alocución de la nube roja”, o por el “Más allá”. Algunos de sus personajes, armados de catalejos, exploran el infinito; otros no dudan en meter el dedo en esa etérea masa gaseosa; algunos incluso pueden sentir su cerebro inundado por los nubosos mensajes; y también hay los osados que esperan en la noche enfrentados a los presagios.
“La herencia” de lo maravilloso concierne a toda la humanidad; de ahí que pinte a personas corrientes, vestidas de un modo corriente y en actitudes habituales, como besándose o jugando o haciendo camping; lo inesperado aparece cuando menos se espera y asoma su mano misteriosa para una “Cita a ciegas”. A ciegas también, con los ojos vendados, ha empezado a dibujar Pablo Gallo desde 2014, en una vuelta de tuerca de la escritura automática practicada por los surrealistas; es un proceso mediúmnico con el que quiere atestiguar que algo sutil, innombrable, puede ser el motor de muchas de nuestras acciones y, desde luego, de un cierto tipo de arte. Todas estas inquietudes metafísicas quedan resumidas en el cuadro: “El gran viaje interior” que muestra una fila de viajeros ascendiendo las escaleras que llevan hacia el portal abierto en el vientre de una mujer cósmica, émula del cabalístico Adan Kadmon. No hay duda, con P. Gallo lo prodigioso nos aguarda.

“Gabinete de apariciones” de Pablo Gallo

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