Ni arre, si só

Guardo en mi memoria infantil, alcarreña y labradora, una expresión que describe la actual situación política. Se empleaba para describir ese momento en que un cuadrúpedo, mayormente de las estirpe mular o asnal, decidía, vaya usted a saber por qué, que no daba un paso. Ni arre ni só. Y me da el olor de que algún bípedo la ha tomado como ejemplo de conducta a seguir.
Don NO lleva así y así tiene a España desde que pierde elecciones, o sea, desde que se presenta. Nosotros vamos a las urnas y él se niega a aceptar que ha perdido. ¿Qué pretende o qué espera? ¿Por qué camino se decidirá a echar a andar? Su tozudo bloqueo tan solo puede llevarnos a dos lugares. El primero esa insensatez letal de pretender encabezar un gobierno con la amalgama podemita y donde el extremismo se da achuchones con el separatismo. ¿Qué sería de España con ese conglomerado en el poder?
La segunda derivada es igualmente nociva. Obligarnos a unas terceras elecciones. Una irresponsabilidad sin duda, algo penoso y un fracaso y una vergüenza total. ¿Con qué resultados además? Quizás piense que le puede favorecer. Que coge en declive a su amenaza electoral más temible, a ese Podemos que se vio ya por delante de él y que tiene ahora a dos puntos de distancia y a catorce escaños de diferencia, y a quien podría sacar un mayor margen rentabilidad. Puede y puede también que la sociedad se lo haga pagar de manera definitiva y lo envíe directamente y ya sin remisión a las tinieblas.
En esas cábalas estamos y todo indica que vamos a estar al menos hasta final de septiembre. Porque me empiezo a barruntar que en los cuentos de la lechera de Ferraz lo que tienen como cartucho final antes de salir de la inmovilidad son las elecciones de Galicia y del Pais Vasco.
Que las urnas les sean propicias y que en el primer lugar Feijóo no alcance la mayoría absoluta y que Ciudadanos le reste, votos, y no le sume, escaños. Entonces podría comenzar el ensayo del gobierno con Podemos mas BNG tanto allí como en España, aunque habrá de saber que en Galicia, donde la situación del PSG es débil y de confrontación interna muy grave, el cántaro se le puede quebrar y quedarse sin una gota de leche.
En el País Vasco también se echan cuentas. La buena es que al PNV le haga falta el PSE, y solo él, para poder gobernar. La contrapartida sería obvia. Pero ¿y si no? ¿Y si hace falta también el PP para lograr una mayoria parlamentaria. O si el pacto del PNV mirar hacia Podemos y Bildu?
Ese es el barrunto, eso es lo que don NO está aguardando. Esa puede ser al fin la clave de todo el puzzle. El Gobierno y el futuro de España donde va a jugarse va a ser el 25 de septiembre en Galicia y en Euskadi.

Ni arre, si só

Te puede interesar