Agitprop Puigdemont

Los propios separatistas catalanes saben que Puigdemont no volverá a ser presidente de la Generalitat. Pero lo han nominado y lo votarán, aunque sea virtualmente y con marcha atrás inmediata. Lo harán porque si se les ocurre hacer otra cosa sus huestes los linchan. Lo mismo que ellos hicieron a Puigdemont cuando hizo el amago de convocar elecciones y los de ERC se le tiraron a la yugular obligándole a dar marcha atrás. ¡Anda que no se habrá acordado veces Junqueras de que no debía haber apretado tanto y que menuda oportunidad de conseguir la primogenitura secesionista perdió aquel día!
Los separatistas saben que Puigdemont no puede ser, porque es un prófugo, porque investirlo por plasma es una risión, porque es violar la ley y saben que eso tiene consecuencias, porque supondría seguir con el 155 y sin gobierno y ahora necesitan recuperar el poder. Lo saben pero ellos no pueden hacer nada que parezca que no lo quieren hacer. “Eso” lo tiene que hacer el Estado, el Constitucional y la Justicia. Y lo están deseando, pero el “accidente” ha de ser achacable siempre a los “otros”.
Lo de Cataluña no tiene arreglo pero alguna salida se puede vislumbrar aunque parezca que todas están cerradas. Aunque sea rocambolesca y en línea con los esperpentos cotidianos. Los letrados del Parlament ya han dicho que ni por skype ni por diputado ventrílocuo. ERC dijo que se atendría a ello, pero ahora ya no lo dice y se lo acabará tragando. Pero el Estado no y lo impugnará de inmediato y será un acto imposible y fallido. La otra, la que Puigdemont vuelva a España y pase por el juzgado y la prisión ,me parece poco probable. ¿Y entonces que hacen?. Pues, después de mucha pirueta, formar un gobierno con alguien limpio de procesos al frente. Porque si no lo hacen con lo que siguen es con el 155 encima. Rubalcaba lo decía, “cuando el uno dice que no se puede gobernar desde Bruselas y el otro contesta que no se puede gobernar desde Estremera, tienen razón los dos. Pero sí se puede seguirlo haciendo desde Madrid” .
Pero hasta llegar a eso o a algo parecido, vamos a seguir es en el agitprop donde Puigdemont se maneja bien. Irse a Copenhague el día que el presidente del Parlament, sumiso a sus órdenes, lo proponía es una prueba de ello. Mucho peor se maneja en esto el Gobierno. Que cuando debe hablar, calla y cuando debería callar, pues son asuntos que solo puede decir el juez de tribunal Supremo, Llarena, se pone a largar sin ton ni son.

Agitprop Puigdemont

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