Marcha atrás

Mantengo el título de un artículo anterior en el que glosaba el frenazo y marcha atrás de los ocho exconsellers que reclaman su excarcelación y se comprometen a no repetir las conductas presuntamente delictivas que les han llevado a la cárcel. Se avecinan novedades. La Audiencia Nacional se reúne el lunes para revisar el ingreso en prisión de dichos consejeros, incluido Junqueras. Por otra parte, las defensas de los ocho han presentado escritos reclamando su excarcelación ante el juez Llerena, que lleva en el Supremo la instrucción de las causas relacionadas con el procés.
En dichos escritos se acepta la legalidad. En ellos se lee que “aceptan la aplicación del artículo 155, no renuncian a defender sus convicciones por vías estrictamente pacificas y democráticas, y trabajarán con el objetivo de alcanzar un acuerdo que permita poner en manos de la ciudadanía la decisión sobre el futuro político de Cataluña”. Si no es una marcha atrás, se parece a un compromiso de portarse bien, aunque sin renunciar a sus ideas, cuando salgan de la cárcel que les cayó encima como medida de una jueza de la Audiencia Nacional. Mire usted por donde les va a venir la escisión clásica entre las ideas y quienes las representan. Lo que siempre dio lugar al famoso “podéis encarcelarme a mí, pero no a mis ideas”. Bueno, depende, según y cómo, pues gracias a esa distinción entre la persona y sus ideas, pueden los exconsellers justificar el hecho de que ellos van a salir en libertad aunque las ideas se queden presas del oportunismo.
En el caso que nos ocupa, la admonición épica fue formulada en su día por Oriol Junqueras. Justo cuando se estaba cocinando la aplicación del articulo 155. La frase fue muy redonda: “Nos encontrarán de pie, no de rodillas”. Pero me parece que lo ocurrido sugiere contrición, arrepentimiento, propósito de la enmienda. Instrumentalmente utilizadas, claro, por motivos tan prácticas como la recuperación de una existencia más confortable que la de una prisión. Y la postura que mejor representa esos estados de ánimo no es precisamente la de una persona erecta y preparada para recibir los golpes necesarios antes de hincar la rodilla. De todos modos, conviene recordar que, las razones alegadas en los escritos de los letrados dan para que los ex consellers puedan escapar de la prisión preventiva. Pero no dan para escapar del alto tribunal que, antes de un año, según fuentes judiciales, después del 21-D en todo caso, van a ser juzgados por presuntos delitos de rebelión y otros conexos.

Marcha atrás

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