Azul de gaviotas

Las infectas gaviotas de los pueblos van contando cuentos. Como el recorrido de un tren sin mercancía con viajes a ninguna parte. Solo las gaviotas vuelan y defecan sobre los ciudadanos. Las gaviotas son adictas a la máxima de aquel legionario que odiaba la inteligencia. Las gaviotas sobrevuelan buscando palomas desorientadas en estos salvajes otoños e inviernos de color azul. Pero retornará esta piel de toro a ocupar el espacio del raciocinio. Cuando el hombre, tras desvanecerse el azul, y cansado de soñar, despierte de su letargo.
Blas de Otero en su libro de poesías Ángel fieramente humano. Redoble de conciencia nos muestra un mundo como un árbol desgajado y un futuro aterrador. Una España donde, según el PP, no caben los dependientes. Lo manifiestan, en tono velado, en los presupuestos del 2015. Un total de 315.000 nuevos dependientes carecerán de cobertura económica. ¿Otro 36 en formato recortes?

 

Azul de gaviotas

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