GRACIAS

Dicen que de bien nacido es ser agradecido, y por ello no puedo dejar de desaprovechar la oportunidad que me ofrece esta modesta tribuna para dar las gracias al jurado de los Premios Virgen del Carmen de la Armada por haber concedido una mención de honor a mi libro Los desconocidos  precursores españoles de la navegación submarina.
Estoy, estamos (ya que este estudio histórico como recordarán lo hice en colaboración con mis amigos historiadores Cristino Castroviejo, Diego Quevedo Carmona y el pontevedrés Lino J. Pazos) muy contentos, pues este año han sido premiadas dos obras de mucha enjundia, en particular la realizada por el reputado historiador naval Enrique García-Torralba Pérez, que ha presentado un monumental trabajo sobre los navíos que tuvo nuestra Armada durante los siglos XVIII y XIX. Meter (como se dice coloquialmente) la cabeza en los premios de este año, aunque este reconocimiento sea menor, ha tenido mucho mérito.
Sé que el libro ha gustado mucho, sobre todo por lo poco conocida que para expertos y neófitos era la vida y milagros de estos compatriotas que, lejos de cualquier tipo de reconocimiento o fama, dieron meritorios pasos en la conquista de la navegación submarina.
De entre todos, merece la pena que recordemos a Raimundo Lorenzo De Equevilley, de nacionalidad española y que fue el ingeniero que diseñó (nada más y nada menos) los primeros submarinos que tuvo en servicio la marina alemana.
El libro, nacido de una casualidad, y aunque esté mal que yo lo diga, nos salió redondo.
Prueba de ello es que lleva agotado desde hace varios meses, cosa de la que me alegro por Lino, porque aparte de coautor, se atrevió a ser el editor de la obra.
A todos por tanto, gracias.

 

GRACIAS

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