La doctora Uzal Fernández es especialista en Psiquiatría en el Hospital San Rafael y en la Clínica Uzal. Afirma que tras la pandemia se ha incrementado el número de pacientes con problemas mentales y trastornos de la conducta alimentaria tipo anorexia y bulimia.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para padecer trastornos mentales y cómo se pueden prevenir?
Son muy variados, por explicarlo de forma fácil, existen los factores biológicos dentro de los cuales están los genéticos, sobre los que poco o nada podemos hacer; y los ambientales sobre los que sí podemos actuar y en los que se basan la mayoría de recomendaciones de prevención. El mensaje es sencillo, los trastornos mentales se pueden prevenir llevando una vida saludable: una alimentación sana y equilibrada, practicando ejercicio físico a menudo (cada vez más estudios demuestran que aparte de mejorar la salud física, también mejora directamente la mental), teniendo un descanso y sueño adecuados, reduciendo el estrés de nuestra vida cotidiana (tener paz mental es muy importante), realizando actividades de ocio que nos mantengan activos también mentalmente (leer, por ejemplo), relacionarnos con otras personas, no consumir drogas y vivir de acuerdo con nuestros valores.
¿Afectan más las patologías a jóvenes o adultos?
Las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, nadie está libre de ello y esto es algo que todos deberíamos tener claro. Dicho esto, la edad del primer diagnóstico o de inicio de la enfermedad varía precisamente según la enfermedad de la que se trate.
¿Se han agravado las complicaciones después de la pandemia?
La pandemia ha acarreado más problemas mentales, sobre todo relacionados con la ansiedad, la depresión y con cambios y problemas de la vida.
¿Cree que ha sido un punto de inflexión, cómo sacar del armario la salud mental?
Sí, totalmente, ha habido un antes y un después en cuanto a la salud mental, ahora se habla mucho más de ella y no es tan tabú, pero sigue quedando bastante por hacer. Nos queda mucho por avanzar como sociedad en este campo, empezando por normalizar el hablar de salud mental y que la población aprenda no solo de las enfermedades mentales, si no que cada uno como individuo adquiera también herramientas para gestionar su propia salud mental. Pero por encima de todo lo que es necesario ya, es terminar con el estigma para ir alcanzando todo lo demás.
¿Cree que las redes sociales han ayudado a concienciar sobre la importancia del cuidado de la salud mental?
Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo en este sentido. Por un lado son una buena herramienta de divulgación en salud mental, porque son accesibles y están muy presentes en la población; pero por otro se ha demostrado que terminan influyendo negativamente sobre todo en adolescentes y adultos jóvenes, fomentando conductas que pueden muy fácilmente convertirse en un trastorno serio, como problemas alimentarios o autolesiones. También como negativo, y que va a asociado a su facilidad de acceso, es que cualquier persona, sin conocimientos al respecto puede decir casi lo que quiera como si fuera un gran experto y realmente lo que hace es engañar a la gente.
¿Qué patologías son las que están creciendo en niños y adolescente qué más preocupan a los profesionales?
En los últimos tiempos está habiendo un aumento importante de casos de depresión y alarmante de trastornos de la conducta alimentaria tipo anorexia y bulimia, de autolesiones y de intentos autolíticos en adolescentes.