La vivienda

Todos sabemos el lío y los condicionantes sobre lo que rodea a la vivienda en nuestro país, de momento no hay vuelta de hoja, los precios se hallan desfasados en lo que respecta trabajo-salario-vivienda, no hay manera de encontrar una en condiciones a un monto asequible, todas pasan de precio, pero esto acontece tanto en las de alquiler como en venta, pese a todos inventos gubernamentales, para bajar su cotización, cada vez que se pone a ello, sube todavía más, debido a que no existe una ley de seguridad jurídica, para evitar la ocupación por la fuerza o por la cara.


Quién se ponga a tiro de piedra, se le cuelan y, no hay manera de echar esos ocupas ilegales, de una propiedad que no les pertenece y encima hay que hacer, pagar a su propietario, los demás servicios, que lleva aparejada aquella. Así, no habrá forma, de que las viviendas que se hallen vacías, salgan al mercado. Lo que hace, subir más los precios, a las que se encuentran en circulación y además, el propietario, quiere garantía de que se le va a pagar la mensualidad, mientras el piso esté arrendado. Que ahora también, es otra aventura.


El problema, no es una regulación, no tiene sentido, pero si propiciar que el propietario tenga garantías de cobrar su mensualidad y que el piso, una vez finalizado el contrato o que sus inquilinos se marchen, no quede como un estercolero y arruinadas sus antelaciones, ahí es donde entra la responsabilidad del que alquila un bien, para su disfrute y esto debe estar regulado, para que el mercado deje tener una presión de tensión, como lo está haciendo. Sí hay poca vivienda en el mercado, no, es porque, no la halla, es por dejadez política, de no querer afrontar los problemas, que plantean a la sociedad.


En cuanto a la vivienda en venta, sus precios, están muy inflados, al igual que todo en este país, menos los salarios, la inflación subyacente se está comiendo todo, por la falta de previsión, las tensiones de este mercado son muy imprecisas, con unos costes superiores a lo que debería ser, como; solares, impuestos, permisos, licencias, materiales, transportes, gastos financieros, estudios diversos, planificación de la obra en cuestión (arquitectos, abogados, consejeros, Etc.) además de una burocracia local que no siempre es eficiente y rápida, sino, todo lo contrario, con suelo limitado y proveer de todos los servicios, a cargo del constructor, lo que encarece el producto final en demasía.


El precio de la vivienda, seguirá al alza en ambos casos, algo que no tiene visos de solución a medio plazo, cuanto más intervención política en el asunto.


El precio se elevará más todavía. Un grave problema que, afecta a toda la sociedad y no es por viviendas, sino, porqué, todo el mundo, no puede acceder a ellas, ni en un concepto, ni en el otro.

La vivienda

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