Al menos 44.330 personas perdieron la vida en los fuertes terremotos que asolaron el sureste de Turquía y el norte de Siria hace trece días, según los balances oficiales.
El servicio de emergencias turco Afad cifró este sábado en 40.642 las víctimas mortales de los seísmos registradas hasta ahora, informó la agencia oficial Anadolu.
A ellas se suman las 3.688 contabilizadas en Siria por el grupo de rescatistas Cascos Blancos, que opera en la región opositora noroccidental, y la agencia oficial siria SANA, que ofrece el recuento de todas las demás zonas bajo el Gobierno del presidente sirio Bachar al Asad.
Trece días después del siniestro, estos datos con solo un balance provisional, ya que aún quedan decenas de miles de cuerpos bajo los escombros y diversas estimaciones prevén que el saldo final rondará o superará 100.000 muertos.
El número de heridos se eleva a 122.757 (108.000 en Turquía y 14.757 en Siria).
Según Afad, unas 260.000 viviendas han quedado destruidas en Ankara y 430.000 personas han sido evacuadas hasta ahora por las autoridades turcas.
La población se vio sorprendida en la noche del día 6 por un terremoto de 7,7 grados de magnitud, al que le siguió horas después otro de 7,6 grados, y miles de réplicas, en lo que se considera la peor catástrofe humanitaria que vive la región en más de un siglo.
El Gobierno turco anunció que a partir de marzo se iniciará la reconstrucción en las zonas destrozadas por los dos terremotos letales del 6 de febrero pasado.
En rueda de prensa en la ciudad de Adana, el ministro de Urbanismo, Murat Kurum, explicó que tras inspeccionarse 684.000 edificios en las once provincias afectadas, los expertos de su cartera han identificado más de 84.000 construcciones que están o derrumbadas o tan gravemente dañadas que deben demolerse de forma urgente.
Estos 84.000 edificios suman unos 333.000 unidades independientes, es decir viviendas u oficinas, precisó el ministro.
La reconstrucción se hará por licitación simultánea en las 11 provincias, después de realizarse estudios geofísicos para determinar el emplazamiento más seguro para los nuevos edificios, dijo Kurum.
Dejó entrever así que algunas de las ciudades o pueblos gravemente afectados por estar situados muy cerca o encima de la falla geológica de Anatolia oriental podrían reubicarse en zonas más seguras, una opción evocada también por otros responsables gubernamentales en los días pasados.
Kurum reiteró su llamada a los ciudadanos para que no entren en los edificios gravemente dañados para recuperar enseres o pertenencias personales, mientras las autoridades locales no hayan certificado que pueda hacerse sin peligro.
Diez provincias afectadas por los dos terremotos, de 7,7 y 7,6 grados de magnitud, fueron declaradas zona de desastre el 8 de febrero y puestas bajo el estado de emergencia.
Ayer, el Gobierno añadió la provincia de Elazig, en Anatolia central, a la lista, que pasó así a abarcar 11 provincias con un total de 14 millones de habitantes, aunque cinco de ellas han sido afectadas solo parcialmente.